sábado, 24 de enero de 2009
jueves, 4 de diciembre de 2008
La vida en Euros
Yo agarro mis tiliches y me mudo de Campo di Fiori a un lugar más bara. Prefiero gastar esa plata en otras cosas.
Aquí una lista de lo que significa vivir en euros con el tipo de cambio a 18.50 y a costos del centro dela ciudad:
Un café a la mesa: de 37 a 70 pesos
una comida en restaurante sin elegancias dos personas: 925 pesos
una compra de supermercado para dos semanas, una persona: 650 pesos
pago de telefono con internet trimestral: 1,300 pesos
cafe en la barra: 18.50 pesos
entrada a museos de 180 a 280 pesos
entrada al cine: 150 pesos
un pedazo de pizza 10 por 10cms.: 74 pesos
renta de un apartamento para una persona de 15,700 a 22,000 pesos
pasaje de camion por 45 minutos: 18.50 pesos
una carga de lavanderia: 74 pesos
un pantalón: 2,700 pesos
la renta de una recamara en apartamento compartido: de 7,400 a 11,000 pesos
un block de dibujo modestito: 90 pesos
il Corriere della Sera: 18.50 pesos
una cerveza a la mesa: 65 pesos
miércoles, 12 de noviembre de 2008
viernes, 7 de noviembre de 2008
Messico, precipita aereo
Roma tiene muchos periódicos; un arcoiris que va desde la izquierda comunista a la derecha facista.
Así registró Il Messaggero, (periódico considerado "de centro") el accidente en que se murió Mouriño:
Yo hice está caricatura para Milenio, aunque me costó trabajo pensar qué podría hacer para no verme muy manchado y fuera publicable.
jueves, 30 de octubre de 2008
La PGR va al museo
Los romanos tienen la impresión de que México es un lugar violento. Luego de leer las noticias de lo que pasa en mi país, desgraciadamente no se puede decir que la idea sea un cliché.
Viviendo en una ciudad llena de arte, se me ocurrieron algunas interpretaciones que la PGR podría dar, después de darse una vuelta a los museos de por aquí.
El Levantón de las Hijas de Leucipo
Las autoridades de la PGR creen que este levantón está vinculado al ajuste de cuentas entre grupos rivales del Cartel del Golfo, del cual sería lugarteniente el tal Leucipo.
Este acto marca la transición en las técnicas empleadas por el narco: del cohecho clásico a la violencia barroca.
La PGR ofrece recompensa por Pieter Paul Rubens, quien se cree es autor intelectual del crimen.
La Oreja Mocha
La PGR ha reportado el descubrimiento de un hombre con la oreja mocha, cosa que les causó un impresionismo bastante fuerte. Se cree que se trata de una víctima de daniel Arismendi.
Las autoridades están esperando todavía que los secuestradores se comuniquen con Theo Van Gogh.
El Cartel de los Surrealistas
Se presume que el autor de esta aberrante decapitación es René Magritte, que junto con Andrés "el Bretón", Marcelo "El Duchamp" y Luís "El Buñuelo", forman el Cartel de los Surrealistas que se disputa el negocio de los alucinógenos.
Los forenses indican que esta decapitación fué ejecutada a mediados del siglo XX, y la policía se pregunta por qué no la habían descubierto.
La Vieja de "El Milo"
El hallazgo de una mujer mutilada y ensabanada permanece como misterio sin descifrar. Los agentes creen que se trata de la vieja de "El Milo", lugarteniente de "El Señor de los Cielos", alias "El Zeus".
Es probable que haya más víctimas pues se sabe que las obras helenas fueron numerosas. Ya se ha desplegado un operativo para dar con el paradero de dichas señoritas.
La Federación del Narcotráfico
Según la PGR está representación se trata de una instantánea de La Federación del Narcotráfico: de izquierda a derecha: Vicente Carrillo, Juan José Esparragoza "El Azul", el exgobernador de Morelos Estrada Cajigal, los hermanos Beltrán Leyva, "El Mayo" Zambada, Osiel Cárdenas, los hermanos Arellano Félix, "El Cos", "El Goyo" y "El Lazca"; en el ángulo inferior izquierdo "La Barbi" y al centro "El Señor de los Cielos".
...Y más cabezas
La PGR ha hecho el macabro hallazgo de decenas de cabezas en avanzado estado de petrificación, cuyos perfiles griegos hacen suponer que no son de aquí; ya están investigando de dónde podrán ser.
se hace un llamado a la ciudadanía para reportar cualquier acontecimiento anormal visto entre los años 1950 y 1550 A.C.
viernes, 24 de octubre de 2008
Los Romanos no saben geografía
¿Que la verdadera casa de uno es el lugar de las querencias? seguramente; sin embargo, es notable que en el siglo XXI la mayoría de los romanos no pueden distinguir más de dos o tres países de Latinoamérica. Creen que México está en Centroamérica y que América es un país y no un continente, igualito que Felipe Calderón cuando se refiere alos estadunidenses como "los americanos".
Más, en un diario de distribución gratuita, encontré que los romanos piensan que Bogotá está en Venezuela y Tegucigalpa en algún lugar entre el Distrito Federal y San Luís Potosí.
martes, 21 de octubre de 2008
Romumenia
En 1972 se publicó Las Ciudades Invisibles, un hermoso libro de Italo Calvino que hace hablar a Marco Polo, describriendo metrópolis fantásticas en forma de relatos de viaje a Kublai Kan, rey de los tártaros.
Esta obra es significativa para mi por varias razones y Nora me la regaló para que me acompañara durante mi estancia en Roma.
Pensé que si Marco Polo hubiera imaginado una ciudad como ésta, algo parecido a lo siguiente diría frente al Gran Kan.
Romumenia es una ciudad infestada de ratas que por la noche comen los detritos de su población escandalosa y glotona, es una ciudad que en invierno huele a castañas tostadas y en verano a orines de muchachos asfixiados entre palacetes cubiertos de ollín. Romumenia, extendida sobre siete colinas, procrea infinitamente la pereza contemplativa del viajero y el callado sollozo del migrante.
Quien llega por primera vez, debe hurgar en su mente para separar las imágenes de la metrópoli escuchada o leída en crónicas ajenas y ésta de las impresiones propias, pues cada itinerario ha sido ya mil veces caminado y las proezas que conmemoran cada monumento han sido ya reseñadas en todas las lenguas. Ríos de tinta y saliva han corrido para contar cómo los dioses confeccionaron el mapamundi gracias a las conquistas y a la sangre derramada por los hijos de Romumenia.
Tal vez porque esta tierra está enquistada entre lo soñado y lo vivido es que no crece; sus confines hoy son los mismos que tenía en sus tiempos de mayor gloria.
Mientras el viajero duerme y sueña con las exploraciones del día siguiente, los romumenos salen a espantar a las ratas, a pulir sus obeliscos, a limpiar el vómito de los trasnochados, a retirar las monedas lanzadas a las fuentes, a lustrar los pasamanos de sus museos, a borrar las inscripciones de los enamorados, a barrer sus laberintos para el solaz infantil de los turistas, a recoger los olores a café y a tabaco y las malas palabras que quedaron en el aire desde la tertulia vespertina.
Al alba, la Romumenia real está lista para ser una con la Romumenia ilusoria, remozada en la constricción de los límites que impone su propio mito. Fundidos a una historia decadente, cientos de metarrelatos son reinventados por cada visitante que se convierte en un personaje ilustre que mete un poco de rubor y obsequia, con adjetivos refritos, a una metrópoli que se consume en su decrépita hermosura.
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